Una de las figuras más polémicas, polarizantes pero también más admiradas del mundo deportivo del Siglo XX.
Cassius Clay, mejor conocido como Muhammad Ali, nacido en Kentucky en 1942, es considerado como el mejor boxeador de todos los tiempos; fue tres veces campeón de pesos pesados y la BBC le dio el título en 1999 como “el deportista del siglo”. Sin embargo, no solo fueron sus dos puños privilegiados los que le dieron la victoria para convertirse en una de las figuras más admiradas del mundo: su activismo político, su devoción a la religión y sus opiniones polarizantes lo hacen uno de los más grandes de todos los tiempos.
Cassius Clay
Quizás uno de los momentos clave en la vida de Cassius Clay fue durante el año de 1966, cuando se negó a ser reclutado para pelear en la Guerra de Vietnam, lo cual deterioró su relación con el Gobierno de Estados Unidos y fue severamente criticado por cobarde, e incluso traidor, por muchos ciudadanos; ya que, en esas épocas, era muy mal visto que algún estadounidense se promulgara en contra de la guerra. Al negar su reclutamiento, a Muhammad le fue confiscado su pasaporte y se le negó boxear durante tres años y medio. Se estima que durante este periodo, Ali perdió más de cuatro millones de dólares por la peleas que no pudo llevar a cabo.
Durante ese tiempo, el boxeador se dedicó a dar conferencias en institutos, dando a conocer su punto de vista sobre la guerra y la paz, su orgullo racial y sus creencias religiosas, ya que unos años atrás había decidido convertirse al Islam. Una vez que se hubo retirado de la carrera deportiva, Ali se dedicó por completo al activismo, y en 1990 viajó a Irak para liberar rehenes. En el año de 1998, la ONU lo nombró mensajero de la paz y creó distintas organizaciones de ayuda humanitaria, como el Muhammad Ali Center, que se dedica a promover valores cívicos, y también el Muhammad Ali Parkinson Center.
En cuanto a los atentados del 11 se septiembre, Cassius Clay fue cuestionado por su devoción al Islam, a lo que él respondió que el Islam era una religión de paz, y preguntó al reportero de vuelta: ¿cómo te sientes tú de compartir religión con Adolf Hitler? Sin duda, un hombre que dedicó su vida entera a luchar por sus ideales, y quizás las peleas más importantes de su vida, las llevó a cabo también fuera del ring.